A veces los viandantes no pueden evitar aminorar el paso cuando pasan frente a la vieja carpintería y miran hacia dentro. Desde luego no miran porque dentro haya un hermoso hombre trabajando la madera con el torso descubierto y una exuberante melena resbalando sobre sus hombros. Dentro estoy yo, trabajando o en la inopia, y también los armazones, los sofás y los sillones que me encargan.
A veces los viandantes son capaces de pararse, de mirarme y de sonreir, entonces les invito a entrar, me lo agradacen y lo primero que murmuran es.
- Que bien huele..., huele a madera.
Un aroma dificil de percibir en la ciudad y unas texturas que también les sorprenden cuando tocan los tablones y luego miran al sillón.
- Vaya..., y todas estas piezas así redondeadas..., ¿salen de esos maderos rectos...? -preguntan mirando hacia los tablones.
Yo les explico el proceso pero no me atrevo a decirles que fue nuestra capacidad de imaginar mas allá de lo que veiamos y de lo que podiamos tocar, lo que nos convirtió en humanos cuando Homo habilis fabricó la primera herramienta de piedra, cuando fue capaz de extraer filos de cantos romos, cuando fue capaz de recrear una imagen mental ahí donde solo habia un pedazo de silex o de cuarcita. Aquel ancestro genial ya era capaz de ver por anticipado, de imaginar lo que aún no exitía, de preveer el futuro sobre el que ya empezaba a tener influencia hace unos 2.5 millones de años..., y tantos millones de años despues, seguimos usando la piedra, la madera y nos siguen fascinando los procesos creativos como aquella primera vez que un filo de piedra cortó de la mano de Homo habilis.
160's,papa bears...parece que igual que todo lo que sube baja,cuando llega uno al fondo del pozo sale disparado hacia arriba.Como me alegro que el taller vuelva a cobrar vida,así como este blog.Te hacejustícia,maestro.Un abrazo.
ResponderEliminarOscar..., pese a este pedido ni mucho menos he salido del pozo y no es que sea pesimista, simplemnente veo que mis clientes habituales no piden nada y este pedido, gracias al blog ha sido una ayuda economica pero sobretodo animica. Llevaba semanas deambulando aburrido como un zombie.
EliminarEn fin, que por lo menos ya puedes decir eso de.
- Este mes lo puedo cubrrir............
Que ya es decir.
Un abrazo Oscar.
Me encantan las historias que cuentas. El olor a madera, la textura de las tablas... Los peatones que se asoman. A éstos los entiendo perfectamente, yo también lo haría, es mas, yo entraría directamente a observar.
ResponderEliminarYa me gustaría tener un profesional como tu cerca, ahora mismo tengo cinco sillas con los asientos destrozados, y me niego a ponerles tablas lisas, que es lo que me ofrecen por aquí.
Abrazos
Clara...,¿asientos destrozados...?, habla con Oscar,mujerrrr...¡¡¡¡.
EliminarPues si,la gente se sorprende de que aún quede un taller así, como los de antes y en pleno casco urbano de la city. Antes en mi calle habian cuatro carpinterias, una tapiceria, un taller de curtidos de piel, varios talleres mecanbicos de automocción, taller de metalurgia, una fundición....etc, etc, etc..., de todo aquello solo quedo yo y un taller de coches...., ¿seré un mohicano....?,je,je,je.
Un abrazote, Clara.
La verdad es que empiezas a ser un bicho raro. Tengo un amigo pintor, que cada día va a su estudio, trabaja solo desde que falleció su padre. Y ahí seguís, haciendo lo que sabéis hacer, manteniendo el tipo, aunque en ocasiones es una tarea dura.
ResponderEliminarYo creo que este tipo de trabajos artesanos no se perderán del todo, tal vez es lo que deseo con todas mis fuerzas. Como bien dices, somos el fruto de miles de años de evolución, pero al final, pese a los necesarios adelantos tecnológicos, siempre nos hace falta retapizar una silla, restaurar un cuadro o fabricar un sillón.
Un fuerte abrazo.
Julia..., claro que soy un bicho raro, por cierto, hace unos días un amigo tajo al taller a su hijo de unos 9 años,era una criatura deliciosa y cuando terminamos la tourné, el crío alzo los ojos y me dijo.
Eliminar- ¿Y a veces no te sientes solo...?.
Su padre y yo nos quedamos descolocados...,fue un momento mágico. Creo que el chiquillo, después de oirme hablar comouna cotorra dedujo que yo pasaba muchas horas allí, en ese taller que el niño veía como un munco novedoso y radicalmente distinto a la escuela o a su casa.
- Si...,claro que a veces me siento solo, antes estabamos mi padre y yo...,pero el murio.., aunque siempre hay algun vecino que se asoma a ver que estoy haciendo -le contesté.
El chaval se fue del taller con una maderita, con un pedazo de lija y con mi promesa de que le dejaria vovler cuando quisiese.
precioso post ...
ResponderEliminarCreatividad al poder !!
¡¡¡¡Carolaaaaa....¡¡¡¡, cuanto tiempo sin verte, me alegra que te haya gustado el post, cualquier de estos te vuelo a visitar a escape libre y en la puerta de tu taller...., a escandilzar al personal, je, je,je.
EliminarLo que se dice sobre el trabajo...
ResponderEliminar- Dar a un hijo mil onzas de oro no es comparable a enseñarle un buen oficio.(Proverbio Chino)
- Busca siempre un quehacer; cuando lo tengas no pienses en otra cosa que en hacerlo bien. (Tales de Mileto)
- Dichoso es aquel que tiene una profesión que coincide con su afición. (George Bernard Shaw)
- El trabajo en que hallamos placer cura la pena que causa. (William Shakespeare)
Un abrazo!
Marega, que buen regalo nos haces con esas citas..., me recuerdan a lo que me decía un amigo mayor que yo cuando veía venir esta crisis, me decía.
Eliminar-"Pedro, tu tienes un oficio y podrás comer...,aunque sea una comida al día, pero podrás comer....., yo no."
Cuando me lo decía no terminarla de entenderlo, ahora si...., quizás por eso pienso tanto en mi padre estos días y sobre todo cuando torneo, él se empeñó en comprar ese torno.
Una abrazo Marga.
Me encanta tu blog , lleno de restauraciones , tienes un blog muy entretenido
ResponderEliminarsaludos
Angelica
Hola Angelica y gracias por el cumplido, la verdad es que el blog me añade otra forma de sentir el trabajo y la verdad es que está siendo edificante.
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