

El cliente me trajo un viejo balancín, tapizado con polipiel verde y con bastantes agujeros de carcoma; lo tenía en el almacén y una clienta lo vió y lo encontró gracioso y cómodo. Me trajo la muestra y me pidió que le hiciera dos iguales.
No le puse muy buena cara, el balancín era de madera vista y ése no es mi fuerte, requiere usar haya, que es bastante cara, y luego dedicarle bastantes horas de lijado pero, al final, me convenció y empecé a sacar unas plantillas, a trocear los pesados tablones de haya y, después, a cortar en la sierra de cinta, para después empezar a lijar.
No le puse muy buena cara, el balancín era de madera vista y ése no es mi fuerte, requiere usar haya, que es bastante cara, y luego dedicarle bastantes horas de lijado pero, al final, me convenció y empecé a sacar unas plantillas, a trocear los pesados tablones de haya y, después, a cortar en la sierra de cinta, para después empezar a lijar.





Al cliente le gustaron y yo le comenté que los pondría en el blog, entonces me miró de medio lado y dijo.
- Joder, como te estas aprovechando de nosotros.
Me quedé perplejo, sin habla y recordé una frase que habia leído en el face y que, más o menos, decía algo así, "antes de preguntarte si tienes una depresión, pregúntate si es que no estas rodeado de gilipollas...."