jueves, 3 de enero de 2013

LA CLIENTA QUE SABIA LO QUE QUERÍA.


Mi padre solía tener unos prontos algo intensos y más de una vez me contó lo que pasó con aquella butaquita que terminó volando y despedazándose contra la pared, donde antaño estaba puesta la estufa para calentar la cola negra.
Aquella clienta de mi padre no tenía claro como quería el reposabrazos de la butaquita y papá tantas veces lo repitió y modificó que terminó explotando con uno de aquellos prontos suyos. La clienta esca del taller escandalizada mientras los trozos de la butaquita, incluídos los reposabrazos, salían despedidos en todas direcciones, bajo la risa contenida de alguno de los trabajadores de papá.
Pero, hay veces que, las clientas saben lo que quieren, otras necesitan verlo en vivo  para decidir, pero la clienta de Juan Vicente Comes sabía muy bien lo que quería.
   - Toma, ahí tienes el dossier que ha preparado la clienta..., si con todo éso no te aclaras -bromeó ironico Juan Vicente, dejándome encima de la mesa media docena de folios, que incluían un collage hecho con recortes de sofás en los que la clienta se había inspirado.
  - ¡Joooder..! -exclamé- así da gusto.
  La señora quería tres sofás de estilo bañera con bajos y patas en madera vista..., y así se hizo.

                                               
 


Y por fín, el sofá ya tapizado, la realidad tras todos esos esbozos y diseños.




sábado, 29 de septiembre de 2012

RETAPIZANDO UN BAÑERA EN TAPIZADOS CASTILLO.




   José Castillo me ayudada a colocar unas patas Chippendale a unos sillones Rosie, que él mismo había tapizado con muelles, unos cuantos años antes y que yo había cortado. La preparada elástica estaba firme y en su sitio pero los clientes habían decidido cambiar la tela y, de paso, las patas. Por cierto, el Rosie era realmente un Capri, pero Castillo lo llamaba así en su catálogo de tapizados.
   - Bueno…, ¿y de qué estás escribiendo ahora…? –me preguntó.
   - Pues ya llevo dándole vueltas unos días y me gustaría hablar de los bañeras, la verdad es que creo que se me olvidó hablar de ellos en el post de los iconos tapizados.
   - ¿Del bañera…?, joder, pues ahora mismo tengo dos elásticos que acabamos de retapizar, lo malo es que ya está tapizado y no le he hecho de la restauración.
   - ¡¡¡ Fotos, quiero fotos…!!!, ah y quiero una donde se vea como se hunde la platabanda –exclamé como poseso y, poco después, José me las envió por email. Pero antes de marcharse estuvimos un rato charlando en la puerta del taller, lo suficiente para que en ese momento pasase en coche una joven diseñadora a la que le he hecho algunas cosas.
   -¡ Uf, como te ha saludado…!-bromeó José.
   - Nada, que ella es así…., muy efusiva.


 La platabanda cedé por debajo del cojín,
 son los muelles comprimiéndose.
                     
 
   Ya desde muy pequeño oía a mi padre hablar de los sofás bañera; realmente son otro icono del mueble tapizado, son piezas muy elegantes, de respaldos bajos y brazos estilizados a la misma altura que los copetes. Esos brazos podían dibujar un ligero arco hacia fuera o podían elevarse rectos, entonces se le llamaba bañera recto. También existía la variante de cerrado o abierto, la definición se refería  a la forma de rematar la unión de brazo y respaldo, podían ensamblarse formando una línea contínua alrededor de todo el sofá o quedarse separados, entonces es cuando se les llamaba abiertos, como los que ha retapizado José Castillo. 

      Se puede apreciar como respaldo
          y brazo no se unen, dejando abierto
   ese hueco.


   Mi padre también fabricaba un bañera especial para la firma Villa Garnelo, era el llamado bañera voluta, en este caso, tanto brazo como respaldo iba guarnecido con una moldura de madera redondeada. Era muy elegante y ese rulo le aportaba dulzura, suavizaba el clásico dominio de las rectas en esos sofás. Recuerdo que Villa Garnelo englobaba a su colección de sofás bañera con la definición Luis XVI.
  La verdad es que hace tiempo que no hago ningún bañera; son las cosas de las tendencias y las modas pero, desde luego, es un modelo que se sigue viendo en muchos salones y que, realmente, inspira a muchos modelos actuales de rabiosas líneas rectas, pero estos modelos actuales resultan estáticos y pesados, en ningún momento alcanzan la elegancia de los estilizados bañeras de siempre.


domingo, 13 de mayo de 2012

UN ARMAZÓN DE LINEAS ÉTNICAS, UN SOFÁ DE ESTILO TRIBAL.

Cuando me trajeron la foto de este sofá, me gustó, me recordó a los cuernos de un elefante o a los cuellos de jirafa que soportan algunas mujeres de etnias asiáticas o africanas,  apresados por las tradiciones y por las creencias, por las culturas ancestrales.


El esqueletaje o armazón del Kripal no es muy complejo pero si espectacular; por cierto, yo lo habría bautizado como Triban o Marfil. Es uno de esos modelos que me gusta hacer y que después me gusta contemplar. Es una pieza que decora la vieja carpintería y que, durante los días que está en ella, atrae las miradas de los visitantes.


En un plano de frente se pueden observar esos reposabrazos altos y elegantes, que se arquean hacia dentro y, pese a las pocas líneas curvas del sofá, le dan mucha elegancia y ligereza, a pesar de medir dos metros y medio por uno de profundo. Tiene la línea de un bañera clásico, es decir, mantiene la misma altura en brazos y respaldo.