viernes, 20 de junio de 2014

EL NIÑO QUE CREABA SUS JUGUETES DE MADERA.








       Esta tarde me ha visitado Zeng, el niño oriental que corrió junto a Duna aquella vez que viajé en el tiempo. Ha sorteado los sofás terminados y me ha pedido permiso para jugar con las calas y las cuñas del cubo.
   - Claro que si, pero trabaja sobre ese tablero y no manches el papel de cola.




  Zeng ha empezado a componer algo que solo él podía imaginar y cada vez que tenía alguna duda me llamaba y me pedia consejo, yo me acercaba y le sugería algun cambio, alguna posibilidad, alguna variante..., le invitaba a que explorase su propia imaginación, su creatividad, le invitaba a que sus jovenes manos diesen forma a lo que hasta ese momento eran geniales y brillantes chispazos entre sus dinamicas neuronas.


 
  
  

jueves, 5 de junio de 2014

PACO ROCA EN SEDERE, EL INVITADO AUSTRALIANO.




      Ayer por la tarde Sedere dejó de ser una tienda y se convirtió en un punto de encuentro de emociones y deseos, allí, entre sus muros de ladrillo visto y entre los iconos del diseño del siglo XX, nos encontramos con el ilustrador Paco Roca. El dibujante apareció timidamente, con su barba casi descuidada y con vaqueros y con una camisa azul a cuadritos, quizás desbordado momentaneamente por su propia obra y por su propio nombre enmarcado en los muros de Sedere.




  La obra de Roca colgaba de las paredes o reposaba en una especie de bodegón, en una inquietante composición sobre la que descansaba su ultimo libro "Los surcos del azar" , entre las mascaras de gas que usaban las tropas de Wermacht, junto a una de las famosas palas de las tropas alemanas y con la Longue Chair como fondo..., quizás una representación de la radical dualidad que podía alcanzar el ser humano, desde la creacion de un mueble que invitaba al descanso, al pensamiento y a la reflexión, hasta esa mascara que permitia contemplar la dolorosa agonia de quien respiraba el gas de la muerte y de la guerra, a través de sus ojos de cristal inerte.









  El libro de Paco Roca narra la odisea de un grupo de republicanos españoles que huyen de España cuando son derrotados por las tropas franquistas. Estos combatientes pasaran a Francia y allí seguiran luchando contra el despotismo y contra el nazismo que maltrataba a la convulsa Europa. Ya fuera de España continuarán combatiendo contra la opresión y contra las tropas nazis, hasta lograr lo que no consiguieron en su propio país, recuperar la democracia, las libertades y la dignidad de las personas, del pueblo.
  En los Campos Eliseos  serán aclamados como heroes anonimos, como libertadores..., aunque en sus rostros nadie podrá percibir la tristeza y la pena del brutal exilio, pese a la victoria sobre la barbarie del nazismo que desangraba al viejo continente, pese a sus sonrisas.



  Y poco a poco Sedere seguía recibiendo a sus invitados, a sus conocidos, a personas que vestían para la ocasion, que saboreaban sus vinos....








.... que picaban las dulces chucherias que Bea, Diana y Rafa habian preparado para la tarde, que charlaban con Paco y que admiraban sus decoraciones en los respaldos de las miticas plastic chair de los Eames o que se inclinaban a intercambiar alguna sonrisa con el invitado australiano.














  Pero entre todos ellos, me fijé en un hombre que esperaba allí desde el primer minuto, un hombre que vestia de manera sencilla, que llevaba una carpeta negra y una bolsa naranja, alguien que no contemplaba a los iconos del diseño ni al invitado australiano, un hombre que esperaba pacientemente, un admirador que esperaba a Paco Roca, un hombre anónimo del que solo el mismo Paco llegaria a conocer su nombre cuando le firmó su ilustracion, sentado sobre el invitado australiano.


   El admirador desapareció sin hacer ruido, agradecido y satisfecho y la tarde continuó discurriendo en Sedere...., entre las piezas claves del diseño de este siglo, en un ambiente en el que nada era vulgar ni mediocre, un entorno que rescataba la inspiración e imaginación del ser humano y sus facetas mas sociales, creativas y humanas, la sonrisa, los animales de compañia, la palabra, la comunicacion, las miradas......










    

  
   
  
  

lunes, 2 de junio de 2014

LA DANZA EMOCIONAL DE NMC..., EN LA RAMBLETA.







 Ayer domingo, los bailarines y bailarinas de NMC estrenaban su coreografia en un escenario muy especial, en la cambra de la Rambleta, en un desvan repleto de hormigon y de techos colgantes. Un escenario en el que no habia escenario y en el que los actores y actrices se mezclaban con un publico que se movía alrededor de sus gestos y de sus expresiones corporales, porque sus rostros no reflejaban emociones, estaban abstraidos y tan solo se contemplaban así mismos, a sus brazos y a sus piernas, a las sillas que removian de aquí para allá. A las sillas de metacrilato que escondían a unas Thonet sorprendidas y estupefactas desde sus ataudes de hielo o de cristal, contemplaban la danza emocional y se dejaban arrastrar y apilar, sentían que nadie se sentaba sobre ellas, realmente, danzantes y danzarinas se deslizaban entre sus piezas virtuales curvadas en un plano transparente.
   Las Thonet contemplaban el espectaculo tan sorprendidas como yo mismo. Nada era convencional allí arriba, entre vigas estructurales que los actores usaban como mobiliario, como esqueleto, como armazón, como subito escenario despojado de butacas en las que adormilarse.
  Clara Barberá nos recibia nada mas salir del ascensor, pero no hablaba ni saludaba, tan solo se movia, evolucionaba con su propio ser, se deslizaba en un gesto fluido que iba atravesando los cuatro entornos, los cuatro paisajes desnudos entre los cuales iban y venian todos ellos y todas ellas, las Thonet y otras dos sillas que pugnaban por alcanzar los falsos techos, esa en la que uno de los bailarines sería izado en estado casi inerte.
  Yo contemplaba la danza, sin guion ni voces, sin principio ni trama, sin argumento claro y definido, pero sentía que la musica se unía a esos cuerpos en constante movimiento, me aportaba sensaciones y emociones mas allá de la logica y de lo previsible, mas allá de lo habitual y cotidiano. 
  Era una invitación a dejarse llevar por las emociones y los instintos, puede que una provocacion a nuestra propia imaginacion, un asalto a nuestras barreras mentales, un estimulo para nuestras zonas apagadas..., sin embargo, una parte de mi permanecia tensa y angustiada, apenas si podía disfrutar de un espectaculo maravilloso y lleno de plasticidad.
  Mis ojos saltaban de las bailarinas a las sillas, de los bailarines a las sillas, temia algo, casi las oía quejarse dolorosamente. Nadie se sentaba en ellas y ellas sufrian..., yo también, pero valió la pena.       
 Y al dejar aquella emotiva fantasia me encontré con ellos, los vencejos volaban muy bajos, demasiado bajos y yo pensé que me habian estado esperando, sabiendo que allí dentro habia gozado y sufrido. 
  Simplemente dejaba volar la imaginacion...., igual que NMC acababa de hacer.