

Me puedo imaginar la expresión del tapicero, cuando vió que el cliente se giraba hacia él con el rostro sombrio y decía, después de mirar hacia la ventana:
- Es que, aquí sentado no puedo ver la calle..., lo quiero más alto.
Y es que el Topolino es un orejero pequeño, reducido pero muy acogedor, es un orejero con una altura de asiento normal y que cabe en cualquier sitio, en una salita o en un rinconcito del dormitorio. A veces, he llegado a pensar que era el orejero que compraba la gente que llegaba a la ciudad desde el campo, gente de talla menuda y trabajadora, que con el tiempo adquirían sus pisos en la ciudad y los amueblaban, poco a poco, con mimo y cariño, sin ostentación pero con mucha dignidad.
Y es que el Topolino es un orejero pequeño, reducido pero muy acogedor, es un orejero con una altura de asiento normal y que cabe en cualquier sitio, en una salita o en un rinconcito del dormitorio. A veces, he llegado a pensar que era el orejero que compraba la gente que llegaba a la ciudad desde el campo, gente de talla menuda y trabajadora, que con el tiempo adquirían sus pisos en la ciudad y los amueblaban, poco a poco, con mimo y cariño, sin ostentación pero con mucha dignidad.
- Es que no puedo ver la calle... -repitió el cliente- lo quiero más alto.
No había más que hablar, pero hubiese sido interesante hablar antes de encargar el Topolino, se habría podido hacer otro modelo de sentada más alta y no habría hecho falta, traer el silloncito, recién tapizado y aún por estrenar, a la vieja carpintería para que le cambiase las patas.
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El Topolino ya con sus nuevas patas, esas con las que ya se podrá asomar a la calle. |
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Lo que cuelga a la izquierda, es el forro inferior, después de pulimentar las patas,se volverá a reponer. |
Doy por sentado que el cliente podrá ver la calle, el trasiego de los vecinos, el deambular de los perros y el circular lento y al tiempo desesperado de los conductores buscando aparcamiento..., pero, posiblemente, yo no cobre ni la hora de trabajo, ni las patas nuevas, puede que el pulimentador no cobre su trabajo y, casi seguro que, mi cliente no le podrá cobrar los tres portes..., porque a veces, los talleres pequeños y humildes también cumplimos con las garantías como Ikea o El Corte Inglés...., pero sin tanto bombo y platillo.