José Castillo me ayudada a colocar unas patas Chippendale a unos sillones Rosie,
que él mismo había tapizado con muelles, unos cuantos años antes y que yo había
cortado. La preparada elástica estaba
firme y en su sitio pero los clientes habían decidido cambiar la tela y, de paso,
las patas. Por cierto, el Rosie era
realmente un Capri, pero Castillo lo
llamaba así en su catálogo de tapizados.
- Bueno…, ¿y de qué estás escribiendo ahora…? –me preguntó.
- Pues ya llevo dándole vueltas unos días y me gustaría hablar de los
bañeras, la verdad es que creo que se me olvidó hablar de ellos en el post de
los iconos tapizados.
- ¿Del bañera…?, joder, pues ahora mismo tengo dos elásticos que acabamos
de retapizar, lo malo es que ya está tapizado y no le he hecho de la
restauración.
- ¡¡¡ Fotos, quiero fotos…!!!, ah y quiero una donde se vea como se
hunde la platabanda –exclamé como poseso y, poco después, José me las envió por email. Pero antes de marcharse estuvimos
un rato charlando en la puerta del taller,
lo suficiente para que en ese momento pasase en coche una joven diseñadora a la
que le he hecho algunas cosas.
-¡ Uf, como te ha saludado…!-bromeó José.
- Nada, que ella es así…., muy efusiva.
La platabanda cedé por debajo del cojín,
son los muelles comprimiéndose.
son los muelles comprimiéndose.
Ya desde muy pequeño oía a mi padre hablar de los sofás bañera;
realmente son otro icono del mueble tapizado, son piezas muy elegantes, de
respaldos bajos y brazos estilizados a la misma altura que los copetes. Esos
brazos podían dibujar un ligero arco hacia fuera o podían elevarse rectos,
entonces se le llamaba bañera recto. También existía la variante de cerrado o abierto, la definición se refería
a la forma de rematar la unión de brazo y respaldo, podían ensamblarse
formando una línea contínua alrededor de todo el sofá o quedarse separados,
entonces es cuando se les llamaba abiertos, como los que ha retapizado José
Castillo.
Se puede apreciar como respaldo
y brazo no se unen, dejando abierto
ese hueco.
Mi padre también fabricaba un bañera
especial para la firma Villa Garnelo, era el llamado bañera voluta, en este
caso, tanto brazo como respaldo iba guarnecido con una moldura de madera
redondeada. Era muy elegante y ese rulo le aportaba dulzura, suavizaba el
clásico dominio de las rectas en esos sofás. Recuerdo que Villa Garnelo
englobaba a su colección de sofás bañera
con la definición Luis XVI.
La verdad es que hace tiempo que no hago ningún bañera; son las cosas de las tendencias y las modas pero, desde luego, es un modelo que se sigue viendo en muchos salones y que, realmente, inspira a muchos modelos actuales de rabiosas líneas rectas, pero estos modelos actuales resultan estáticos y pesados, en ningún momento alcanzan la elegancia de los estilizados bañeras de siempre.