"Dossier: escoger el sofá", éste es uno de los titulares de la portada de Casa Viva, número 186, una
portada quizás demasiado sosa y algo fría si la comparamos con las de AD o Nuevo
Estilo. Predominan los azules ténues, los blancos y la piel de porcelana de una
rubia de aire triste o puede que sencillamente ausente. Se apela a la magia de la madera, quizás como contrapunto a esos ambientes angulosos y demasiado pulcros, puede que como admitiendo que pese a todo, pese a la domótica y a los metales, continuamos sintiendo a la madera como algo demasiado ligado a nosotros y a nuestra historia como humanos.
La revista se lee con pausa y claridad, la maquetación es sencilla y sin
exprimir el espacio; éso se agradece porque puedes leer y ver las fotografías
centrándote en cada cosa, en cada imagen, en cada texto y en cada uno de esos muebles, por eso me fijo en esas dos
banquetas geniales con asiento reversible que al tiempo funciona de bandeja y
tanto me fijo que posiblemente haga un par de ellas la semana que viene.
Ante mis ojos desfilan las nuevas modas en papeles pintados, alguna
entrevista que trata de aclararnos hacia donde se enfoca la decoración de las
futuras viviendas y, por fin, llego a la página 136, al dossier sobre los sofás,
a ese reportaje que me ha impulsado a comprar la revista.
Y en
esa anhelada página 136 tan solo me he encontrado con una colección de sofás
incómodos, de respaldos bajos y guarnecidos con pequeños cojines y cuadrantes,
algo así como los cortesanos o bufones de unos diseños rectos, fríos, masivos,
pesados, pero eso si, todos con nombre y con firma, todos con diseñadores de
postín y con precios de infarto.
Termino de ojear ese dossier y me pregunto dónde queda la elegancia y la
armonía de siempre, no puedo evitar pensar en el sofá que he modificado esta semana y lo
contrapongo a estas vanguardias de la supuesta comodidad y el diseño, a estos sofás que
representan lo último de lo último y caigo en la cuenta de que puede que me
este quedando desfasado, puede que las modas y las tendencias van demasiado deprisa para
mi, incluso puede que las personas ya no se sienten como lo han hecho durante
cientos de años y yo ni me he dado cuenta.
En fin, que cada día tengo mas claro que el taller va camino de
convertirse en una cueva prehistórica con un homínido dentro de ella que fabrica esqueletajes o armazones de sofás y que más de una vez se asoma a la calle preguntándose si algún día será capaz de salir de ella.
Vaya,el sistema de los taburetes lo tenía yo pensado para un pouff, que al darle la vuelta al cojín quedase un sobre de madera haciendo la vez de mesita.Si es que está todo inventao...jaja
ResponderEliminarY el confort de alto grado no lo veo por ningún lado.Pero el precio seguro que si es de alto grado...
saludos Pedro.
Hola Pedro.
ResponderEliminarA mí tampoco me dicen nada los nuevos diseños, no pueden compararse con el bicho que tienes destripado esperando un buen asiento elástico.
Ya vendrán tiempos mejores para los artesanos del sofá, es cuestión de tiempo, como volver a los pueblos...
Un saludo.
Tapestry, el bicho destripado no espera muelles...., espera una "doble barra" para cincharlo con elásticas, en el proximo post lo contaré todo, por cierto, todo el armazón es de haya y si...., iba con muelles.
ResponderEliminarOscar, Leon te puede decir algo de esos taburetes, ¿esa cruceta no te recuerda al R-160...?. Voy a ver si hago un par de ellos y los expongo en un oulet de telas que acaba de abrir en la Calle Cirilo Amorós de Valencia, conozco a las dueñas, a ver si va saliendo algo.
jeje...claro que recuerda al 160.Bien parecen inspiradas en él.Podrías hacerle la moldura en la cruceta, como en tu sillón.
EliminarPues creo que si,igualuso el mismo sistema, cuadradillo y resto torneado.
EliminarDebo entender que al "restaurar" un sofá de muelles le reemplaza el sistema de muelles por uno de cintas elásticas y probablemente, espuma?
ResponderEliminarHola Marga, en este caso va a ser así, se quitan los muelels y yo "recrezco" el sofá para poder grapar las cinchas, pero muchas veces el cliente quiere los muelles y entonces si que se restaura la "preparada",se vuelve a cinchar con yute, si es necesario se vuelven a atar los muelles y se cambian los que hallan podido romperse. Las espumas que siempre se cambian son las de los cojines, siempre terminan cedidas y deformadas.
EliminarYo no entiendo mucho del tema pero me supongo que entre toda la melange de diseños habrá sólo unos pocos que perduren en el tiempo, pasa con todo. A mi las formas minimalistas me resultan frías e impersonales, vamos que detesto lo aséptico. Un saludo.
ResponderEliminarBueno Mamen, cualquiera que vea tus trabajos se dará cuenta de que eres de todo menos aseptica, tus piezas estan llenas de cariño, encanto y pasión. Y dices bien, hay unos pocos que perduran en el tiempo y el ejemplo tipico es del Chester, pero masbien su evolución para hacerlo comodo en una casa de gente normal, respaldos mas altos, tapizados lisos y telas en vez de pieles.
EliminarEl caso es que tienes toda la razón, son incómodos sólo con verlos... pero me gustan... me chiflan muchos de ellos. A la hora de comprar el mío me incliné por la comodidad sin dejar de lado la estética, of course!
ResponderEliminar¿Que tal,Maria?, es normal que te gusten, son sofás de diseño y ofrecen aspectos originales, intereantes, a la moda. Realmente el diseño es eso, orbitar alrededor de un mueble, explorando sus posibilidades, aunque a veces eso suponga sacrificar la comodidad.
EliminarApreciado amigo, un artesano es un artista y las modas son pasajeras, como sabes, y la pura verdad es que cuando alguien tiene en casa un sofa tipo de los de esta revista, lo aborrece tanto, que solo está pensando en como librarse de el,son incomodos a más no poder y lo que hoy es moda, mañana ya no .
ResponderEliminarUn abrazo grande para ti Pedro!!
Es lo que tiene la moda, Kat,vende,remueve el mercado,estimula las ventas...,pero es como una tormenta, luego llega la calma y se queda lo bueno,lo de siempre,lo elegante y comodo...., eso, como bien dices, perdura y se mantiene durante decadas.
EliminarModas hay muchas (tantas como gustos) y seguro que en otra revista encontrarías otros modelos...
ResponderEliminarIncluso a la hora de sentarse cada persona es diferente.
Si haces las sillas espero que nos la enseñes, claro!
Un saludo
Jurguen, tu segunda frase es genial, "incluso a la hora de sentar.....", yo he llegado a hacer dos sofas para el mismo salón pero con distinta inclinación del respaldo, en uno se sentaria el marido y en el otro la mujer.
EliminarY es cierto, cada persona somos un mundo.