Pese a colorista, la portada de este mes de AD me resulta fria y poco comunicativa, pero como es habitual, cuando abres las paginas esa frialdad se transforma en una cascada de imagenes desbordantes y llenas de calor, de vida y de excitación, sin embargo, de entre todas sus paginas me quedo con el Editorial de su directora Montse Cuesta, habla de una amiga, de Lola y de la nostalgia que sentía hacia su primer piso o primera guarida.
Al final del editorial la define así.
" llegaron casas mas grandes y capaces, llenas de huecos para almacenar cachivaches y grandes perimetros para circular con desahogo, pero ninguna tuvo el encanto de aquel nido minusculo lleno de tesoros apretujados...."
Y tras esa reflexion, tras evocar esos recuerdos AD nos muestra una colección de esas pequeñas casas, eso si, llenas de estilo y de diseño, de entre todas ellas me quedo con La cuadra..., si, si, una cuadra autentica reconvertida en refugio pirenaico de fin de semana, en el que coexisten modelos de Zanuso con las insinuantes sillas de Verner Panton. Plastico y fibras entre vigas de madera que se mezclan con la piedra y el fuego. Quizás el encalado de los muros resta naturalidad, quizás aporta una luz demasiado pura que rompe con los estilos tan dispares pero bien conjugados.


Pero antes de pasearnos por esos pisos pequeños, AD vuelve a recordarnos que es lo que se lleva y lo que se adora..., y sigue siendo el vintage, la taxidermia, lo industrial, lo añejo, todo aquello que destila el aire de otros tiempos y de epocas pasadas, incluso de religiones y creencias que desarrollaron un peculiar estilo a la hora de concebir las sillas de uso diario, en concreto esas populares sillas de barrotes y de asientos de madera, sobrias y ligeras.
AD nos cuenta que fueron los amish quienes las idearon para sus granjas, después fueron colonizando todos los hogares y lo siguen haciendo, aunque a veces nos dejamos llevar por la estetica y no percibimos su complejidad a la hora de construirlas. Requieren de torneados a distintos gruesos, de taladros a distintos angulos y de calas y soportes especiales para poder encolarlas.
Un mes mas AD nos recuerda que es lo que se lleva, desde las cabezas disecadas de gacelas hasta las reediciones de iconos como la Papa Bear, nos recuerda que las sillas de los Eames en casi todas sus variantes, son de posesion casi obligada en cualquier casa que pretenda estar a la ultima y que las mesas de riñón con patas conicas son irrenunciables. Nos recuerda que hemos crecido, que ya no somos unos niños y que todos aquellos muebles que nuestros padres tiraron a la basura estan mas de moda que nunca...., y yo me digo "ójala que el vintage muera pronto y así dejaré de recordar mi edad...."