Recuerdo el día en el que María me envió un enlace para que viese como Hans Wegner promocionaba su Papa Bear, a principios de los años cincuenta. En el enlace, se le podía ver sentado en su oso particular, domesticado y dulzón, acogedor y cálido. Wegner parecía un adolescente inquieto y se sentaba de medio lado o colgaba una pierna por encima del reposabrazos..., venía a decirnos que dentro del Papa Bear te podías sentar como te daba la gana, bien erguido, para leer atentamente, o repantigado, cruzado o como abrazado a las garras del bonachón plantígrado.
También recuerdo una serie de fotos del Papa Bear dejado caer en medio de un frondoso bosque, podría ser un espeso hayedo o un bosque de fresnos, de arces o de robles..., todas maderas nobles que aquellos diseñadores daneses no vacilaron en usar para dar forma y volumenes a sus diseños.
Aquella imagen me impactó y finalmente decidí cargar con uno de los osos, después de dormirlo con un dardo, y bajarlo a los jardines del río Turia.
Lo que me rodeaba no era un hayedo, ni un bosque interminable de coníferas, era una pequeña umbría en la que los olivos alzaban sus ramas libres de podas, incluso recordaban al amplio copete del Papa Bear. Me fijé en los retorcidos troncos y en las ricas texturas de una corteza que escondía una hermosa madera.
Decidí que ese era el lugar, entre viejos olivos que observarían al Papa Bear como a un turista de piel blanca y ojos azules llegado del frío norte de Europa, de la misma forma que el oso se preguntaría qué árbol era ése que también le miraba como los ojos de un anciano milenario.
Un paraje entrañable, idóneo para enseñar la garra del oso... aunque no hay que ponerse tan serio para salir en la foto, menudo semblante gastas, amigo ;)
ResponderEliminarTapestry estaba serio porque hacia fuerza para no caerme por el hueco el respaldo,je,je,je. Es que esta mania mia de sentarme sin esperar a que lo tapiceis tiene su guasa, que no "guasap".
EliminarJeje... para haberte dislocado un hombro ;)
EliminarQue ocurrencia de llevar al oso a su ambiente, jejeje, y desde luego, tu cara es un poema !
ResponderEliminarBss
Lo tenia muy pensado, Dorita..., y el poema de mi cara pues por lo mismo que le he dicho a Tapestry...., haciendo fuerza, je, je, je. Por cierto, ya le he hecho fotos a los lirios de la Calderona, a ver si tengo un ratillo y las subo al otro blog.
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