La brisa de levante peinando las crestas de las olas, creando como crines blanquecinas que se evaporan y que llenan la orilla de un aroma salobre, ancestral, natural y la proa de la barca de pesca, blanca y azul, con nombre de mujer, balanceándose sobre las misma olas que tenaces morirán contra la playa, a los pies de los bañistas, de los pescadores que observan el paso de la barca, azul y blanca, con las redes recogidas, regresando a puerto... y eso mismo piensa el esqueletero que concibe y fabrica el primer prototipo del Proa, por puro capricho, por el gozo de ver en madera algo que gravita en su mente.
Un sillón que recuerda a la proa de un pesquero, también a la quilla que se hunde bajo las aguas.
Un orejero de aires tardíos, viejos, de aires vintage y que recuerdan a los modelos daneses, de formas suaves, que hace un guiño con las aletas que rematan brazos y consolas, al estilo de los 50.
El Proa se reclina audaz sobre una pata en voladizo que mira hacia algunos modelos nórdicos, se tumba como si fuese a encarar una gran ola... y el esqueletero sigue dejando volar la imaginación, lo ve tapizado de azul o blanco, lo ve con algún cordón perfilando sus líneas, de nuevo otro guiño a las maromas, a las estachas y a las jarcias. Azul como ese mar que enamora a las mujeres y blanco como las casitas de la costa, humildes, sencillas y siempre teniendo como huésped a la brisa, a la sal, al ambiente marino que inspira este orejero.
podria servir como armazon visto
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ResponderEliminarHola Luis, tu comentario refleja una tendencia, la deconstrucción, dejando el armazón así, rustico, asomando entre una tapicería ligera.
EliminarBuenos días me podrías decir de donde son y si tienen más modelos de esqueletos
ResponderEliminarHola soy de Valencia y modelos tengo bastantes pero suelo trabajar a partir de fotografías que me envían los clientes. Ah y es Valencia pero de España.
EliminarUn saludo