Escuchaba a Julia por el teléfono móvil y podía sentir toda su ilusión, toda la pasión y todo el deseo que estaba poniendo en su clínica. Me contaba que ese iba a ser su ultimo gran esfuerzo y que deseaba decorarla ella misma, deseaba hacer realidad lo que imaginaba y lo que sentía para un entorno que debía destilar salud, belleza, serenidad y fluidez.
Julia me envió las fotos de lo que deseaba y no puede evitar sonreír cuando volví a encontrarme con ella....., con la Pelikano de Finn Juhl, de nuevo esa peculiar butaca me miraba a los ojos retadora y casi que aleteando.
Le comenté a Julia lo de la Pelikano y le encantó que fuese una pieza tan especial, después hablamos de temas algo menos emocionales y mas racionales, como era el presupuesto, pero finalmente llegamos a un acuerdo y nos dio el visto bueno a Juan Carlos y a mi para que empezásemos a interpretar a las neuronas creadoras de ensoñaciones.
Y ahora mismo, ardo en deseos de empezar a replantillar a la Pelikano, deseando que a Julia le guste, deseando que responda a su sueño y deseando que cada uno de sus pacientes pierda unos segundos en contemplarlas, 75 años después de que Finn Juhl la crease.
si el sueño de Julia es esa butaca, también es el mío jeje!
ResponderEliminarHola Beatriz..., el sueño es el sofá modular, pero pera que sea un sueño total hacen falta las dos Pelikanos....
Eliminaryo tambien soñaria con ella, que preciosidad
ResponderEliminarHola Marcela..., ciertamente la Pelikano es una butaca peculiar, ya me he liado con ella. A ver que sale.
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