Ayer por la tarde Sedere dejó de ser una tienda y se convirtió en un punto de encuentro de emociones y deseos, allí, entre sus muros de ladrillo visto y entre los iconos del diseño del siglo XX, nos encontramos con el ilustrador Paco Roca. El dibujante apareció timidamente, con su barba casi descuidada y con vaqueros y con una camisa azul a cuadritos, quizás desbordado momentaneamente por su propia obra y por su propio nombre enmarcado en los muros de Sedere.
La obra de Roca colgaba de las paredes o reposaba en una especie de bodegón, en una inquietante composición sobre la que descansaba su ultimo libro "Los surcos del azar" , entre las mascaras de gas que usaban las tropas de Wermacht, junto a una de las famosas palas de las tropas alemanas y con la Longue Chair como fondo..., quizás una representación de la radical dualidad que podía alcanzar el ser humano, desde la creacion de un mueble que invitaba al descanso, al pensamiento y a la reflexión, hasta esa mascara que permitia contemplar la dolorosa agonia de quien respiraba el gas de la muerte y de la guerra, a través de sus ojos de cristal inerte.
El libro de Paco Roca narra la odisea de un grupo de republicanos españoles que huyen de España cuando son derrotados por las tropas franquistas. Estos combatientes pasaran a Francia y allí seguiran luchando contra el despotismo y contra el nazismo que maltrataba a la convulsa Europa. Ya fuera de España continuarán combatiendo contra la opresión y contra las tropas nazis, hasta lograr lo que no consiguieron en su propio país, recuperar la democracia, las libertades y la dignidad de las personas, del pueblo.
En los Campos Eliseos serán aclamados como heroes anonimos, como libertadores..., aunque en sus rostros nadie podrá percibir la tristeza y la pena del brutal exilio, pese a la victoria sobre la barbarie del nazismo que desangraba al viejo continente, pese a sus sonrisas.
Y poco a poco Sedere seguía recibiendo a sus invitados, a sus conocidos, a personas que vestían para la ocasion, que saboreaban sus vinos....
.... que picaban las dulces chucherias que Bea, Diana y Rafa habian preparado para la tarde, que charlaban con Paco y que admiraban sus decoraciones en los respaldos de las miticas plastic chair de los Eames o que se inclinaban a intercambiar alguna sonrisa con el invitado australiano.
Pero entre todos ellos, me fijé en un hombre que esperaba allí desde el primer minuto, un hombre que vestia de manera sencilla, que llevaba una carpeta negra y una bolsa naranja, alguien que no contemplaba a los iconos del diseño ni al invitado australiano, un hombre que esperaba pacientemente, un admirador que esperaba a Paco Roca, un hombre anónimo del que solo el mismo Paco llegaria a conocer su nombre cuando le firmó su ilustracion, sentado sobre el invitado australiano.
El admirador desapareció sin hacer ruido, agradecido y satisfecho y la tarde continuó discurriendo en Sedere...., entre las piezas claves del diseño de este siglo, en un ambiente en el que nada era vulgar ni mediocre, un entorno que rescataba la inspiración e imaginación del ser humano y sus facetas mas sociales, creativas y humanas, la sonrisa, los animales de compañia, la palabra, la comunicacion, las miradas......
Me encanta Pedro, preciosa descripción de una tarde para recordar. En cuanto al invitado australiano...algún día tengo que darme el gustazo. Bravo Pedro
ResponderEliminarBonito report. . . .pequeña descripcion que nos describe largamente lo sucedido en un pequeño rato en SEDERE. . . .Bien Sr. Bonache
EliminarMe alegra que te guste, anonimo conocido, je,je,je...., pero sabes que faltabas tu, te habria gustado escuchar los comentarios de la gente cuando danzaban alrededor del nuestro Wing Chair.........., resucitado del olvido.
EliminarJose Manuél, cuanto me alegra cuando vienes de visita por aquí,me siento honrado y el invitado australiano también..., realmente al final creeremos que tiene vida propia, ¿no, Jose Manuél...?
EliminarUn reportaje perfecto.. Felicidades.
ResponderEliminarUn abrazo
Muchas gracias Dana, ya sabes, el protagonista era Paco Roca...,pero de una forma o de otra el invitado australiano tambien debía de tener su huequecillo.
ResponderEliminarÉsto que has hecho es la leche Pedro.Y robando protagonismo jaja.Enhorabuena,eres un fenómeno.Un abrazo.
ResponderEliminarBueno, bueno,Oscar..., no robé..., tan solo aproveché el tiron de Paco y creo que fue bueno para los dos, nos promocionamos juntos.
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