De madrugada los vencejos descendían de su sueño nocturno en las alturas, yo salía del portal y me encontraba con una silla de oficina abandonada junto al contenedor. Ella giró sobre su hidraulico estropeado, yo sonreí abriendo los ojos ilusionado y ella se lanzó a mis brazos, sabiendo que ya no sería desguazada allí mismo y arrojada al carrito robado de un supermercado o al remolque de una vieja bicicleta.
En el taller se dejó desmontar y pudo ver como mi versión del Wing Chair de Grant Featherston se posaba sobre su hidraulico muerto, la silla de plastico verde y tubos cromados volvió a sonreir al contemplar al elegante y genuino orejero posado sobre su moribundo hidraulico.
- Oh Dios, me mareo... -llegó a murmurar el Wing Chair.
- Esto me recuerda a Sara Deblas y a su Mariantonieta posada sobre fuste giratorio -respondí- y la Mariantonieta no se mareaba....
Me encanta tu invento !
ResponderEliminarUn día hace ya años hice algo parecido, y los amigos preguntando donde la había comprado jejeje
Bss
Bueno Dorita, se trata de eso, de dejar volar la imaginación y de no tener verguenza a la hora de acercarse a un contenedor de basura si lo que asoma es interesante.
ResponderEliminarVaya Pedro ...que ya te has contagiado de esto de reciclar materiales... me encanta como ha quedado, y quiero decir que mejor que se quede así, en madera...aunque habría que ir cerrando más esos huecos del respaldo...
ResponderEliminarBesos eres un genio...
¿Yo genio...?, no Mariajosé, lo mas alucinante es que eres la tercera persona que me insinua lo de dejar el armazón semidesnudo, pero con algo de acolchado, Oscar, de Tapizame, ya me lo comentó por mail y la verdad es que esta empezando a ser demasiado tentador....
ResponderEliminarY besossss para la musaaaaaa
se ve ingenioso que chevere cuando dejamos volar nuestra imaginacion.
ResponderEliminarJe,je,je...,imaginación e inspiracion siempre van ligados.
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