Ayer, Juan Carlos Estruch y yo nos abrazamos después de almorzar, después de charlar un rato y después de confesarme que el día anterior se le habían saltado las lagrimas cuando fue a recoger a su hijo al aeropuerto. Regresaba de Inglaterra y ellos también se abrazaron, eran muchos jóvenes los que regresaban a España, los que regresaban a sus hogares y era muchos los padres y madres que les esperaban.
- Pedro, mi hijo me dijo algo que volvió a emocionarme -comentó Juan Carlos mientras daba vueltas al café con la cucharilla- admitió que todos aquellos discursos que le soltaba sobre el futuro y sobre el estudio, sobre el sacrificio, sobre el esfuerzo y que le parecían autenticas chapas..., pues eso, que han hecho de él lo que es ahora, alguien joven y con un futuro prometedor por delante.
Y creo que Juan Carlos volvió a emocionarse al recordar de nuevo ese momento con su hijo..., pero no lloró delante de mi porque los hombres no lloramos en publico, solo lloramos en la intimidad, cuando nadie nos ve, como me ocurre a mi mismo demasiado a menudo, como por ejemplo cuando el propio Juan Carlos me enviaba las fotos de los iconos del diseño que hemos ido tapizando en estos apenas dos años que han pasado desde que nos conocimos.
Ahora entiendo que la sensibilidad y la pasión que hizo llorar a Juan Carlos cuando abrazó a su hijo es la misma que le ha permitido tapizar las creaciones de Wegner y de Juhl con una dignidad conmovedora, la misma que puso en tapizar el Alien Chair o el Hybrid, la misma que le motivó a acompañarme cuando hicimos los reportajes del chéster en deconstrucción y del modelo perdido de Finn Juhl.
Fueron momentos inolvidables que me emocionaron y que terminaron de convencerme de que ahora, a punto de cumplir 50 años, estaba aprendiendo a vivir y a disfrutar de mi mismo.
Eso nos ha pasado a muchos! A partir de los cicuenta hemos empezado a disfrutar, somos los "regañaos" nos regañaron nuestros padres,los vecinos,los familiares,los maestros y ahora empiezan a regañarnos nuestros hijos por eso muchos de nosotros nos dedicsmos a partir de los ciccuenta a lo que nos da la gana, yo tengo 55 cuando hice 50 di una fiesta a los familiares y amigos y me fui a estdiar a la Facultad, fui de viaje con amigas y todas esas cosas que no pude hacer por motivos varios y ahi sigi disfrutando
ResponderEliminarTe deseo una muy feliz Navidad y aue sigas con ese trabajo tan maravilloso que realizas y que tanto me gusta!!
Bea, me encanta eso de que somos los "regañaos", es verdad, pero creo que gracias a eso hemos llegado a donde estamos y por lo menos somos casi dueños de nuestras vidas y lo mejor, que ya somos capaces de decidir sin que nadie nos llene la cabeza de pajaros.
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ResponderEliminarPedro tus comentarios si que me emocionan....Gracias.
ResponderEliminarBueno Juan Carlos, sigamos emocionándonos, eso significa que seguimos vivos y que no hemos acabado convertidos en una escultura de gomaespuma, tu y yo en una duna de serrín, je, je, je
EliminarSería fantástico aprender hacer algo así. Como se unen las plantillas?
ResponderEliminarHola Mauricio, las plantillas van ensambladas, con grapas, con tornillos o con espigas de madera. Lo decido según el modelo. Y aprender estos oficios es algo difícil porque ya no quedan casi talleres pequeños donde entrar como aprendiz.
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