En octubre del año pasado escribí un post titulado "Wegner y el orejero desconocido" en el que los dos preciosos orejeros se miraban frente a frente, el oso de Wegner contemplaba al altivo orejero, mas alto que el, como escurrido hacia arriba, de cintura estrecha, muy estrecha, frágil, grácil y elegante, mas elegante que el icono de Wegner. Sus formas, escribía entonces, me recordaban al sillón antropomorfo de Freud, me recordaba a los despachos de principios del siglo pasado pero no sabia quien lo había diseñado. Recuerdo que traté de buscarlo pero fui incapaz de localizarlo y lo que son las cosas, esta mañana lo he encontrado de casualidad, he descubierto a otro diseñador danés, al padre de este High Wingback chair.
Asi quedó nuestro High chair 78 años después. |
High chair original. |
El esbelto sillón retrocede hasta los años treinta, a finales de la década toma forma y 78 años después, la creación de Henningsen resurge entre mis manos... ahora ya se quien eres y creo que no te olvidaré nunca.
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