martes, 25 de septiembre de 2018

DISTEX 807, GIO PONTI MODEL.



  
  
 
    Recuerdo la frase del decorador "Pedro, el vintage ha muerto..." y puede que todo fuese una cuestión de vanidad y de absurda soberbia por su parte, aquellas sillas, las ultimas sillas vintage que haría, según el decorador visionario, que mas arde inspiraría el personaje de Cesar Vega de mi novela "La decoradora" fueron en realidad tan solo el inicio de una aventura que me llevaría al mejor diseño italiano y danés de los años cincuenta.
 
 
 
   En algunos momentos, en esos en los que ningún vecino se asoma al taller, llegaría a sentirme como una especia de viajero en el tiempo capaz de descender a esa época y de tocar aquellos modelos que ahora vuelven a estar en las portadas de las revistas de decoración y en los anhelos de los jóvenes que descubren los modelos de esos años de posguerra.
 
 
  El 807 de Ponti tiene la esencia del genial creador, largos brazos que descienden buscando converger con el asiento muy bajo y reclinado, puede recordar a las aristas de un jet, a un yate e incluso a una carretilla... pero sigue teniendo las líneas que recuerdan a esos tiempos en los que el mundo deseaba olvidar tragedia de la guerra mundial.
 
 
  El 807 pertenece a esos tiempos y puede que hoy no guste o resulte duro, pero a mi me hace sonreír su propia rareza  su peculiar sentada... que como siempre suelo decir invita a hacerlo con algo de cristal entre los dedos, frio, ambarino o burbujeante, que olemos y saboreamos hasta que dejamos caer la nuca sobre el respaldo y pensamos que estamos en Le Mans o cerrando los ojos mientras el Concorde corre por la pista...si también me recuerda a eso, al mítico avión supersónico.