A veces señalo excitado la pantalla de la televisión y grito.
- ¡Una Longue chair de los Eames, una silla Barcelona, las sillas Navy...¡ -omnipresente en las salas de interrogatorios de muchas películas americanas.
No puedo evitar fijarme en las sillas o en los sofás, de hecho descubrí una pieza de Adrian Pearshall en una película reciente que ni recuerdo como se titulaba, una peli delirante, de acción desenfrenada, infumable... si no fuese por la fugaz aparición de ese sofá del diseñador americano.
También me suelo fijar en el sofá de piel marrón en el que Sheldon tortura a sus compañeros de piso con sus obsesivas peroratas.
Es un modelo que recuerda mucho a los llamados sillones club y hace apenas unos minutos he vuelto a gritar excitado al descubrir en el apartamento de Penny un autentico tesoro, una pieza extraordinaria y muy difícil de encontrar.... Eva, de la colección Paraíso de Kerstin Holmquist.
- ¡Oh dios no puede ser, es Eva...¡ - he gritado excitado, señalando hacia el sillón en el que sonríe Amy.