- No me hagas fotos, Pedrín... -ruega Julian cuando me ve sacar la Nikon y sonreir.
Sin embargo Julian posa y se recrea cosiendo el respaldo de la Cormorán, de esa butaca que quiso ser un recreacion de la Pelicano de Finn Juhl y que terminó revoloteando entre mis manos, queriendo ser un terodactilo o un macho cabrio de recurvada cuerna.
Julian me ve danzando a su alrededor y van dando puntadas sobre el polipiel que podrían pasar por se la piel del sarrio o por la membrana del terodactilo.
Me gusta el relieve del tejido y las formas audaces de la butaca que parece vigilar la nuca de Julian, que no quiere que le haga fotos pero que sonrie escuchando el delicioso chasquido del obturador.
Yo también sonrio, oprimo el disparador y me quedo helado...., la Cormorán ajitaba sus alas desde la mesa de corte y graznaba como el terodactilo que se asomaba al vacio desde el nido en el acantilado prehistorico pidiendo a Julian que les diese las plumas y la piel...., pero todo estaba en mi imaginación..., aunque justo en ese momento Julian se levantó y puso encima de ella el polipiel..., en ese momento se hizo el silencio.
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